Informe
final
Bruselas–Sezano,
15 de enero de 2019
Buenos días,
Unas 200 personas, mujeres y
hombres de África, América Latina, Asia y Europa nos encontramos
desde la tarde del 13 de diciembre hasta la tarde del 16 de diciembre
de 2018 en Sezano (Verona), en el mítico Monasterio del Bien Común
(Monastero del Bene Comune). El clima fue especialmente favorable
porque nos regaló unos hermosos días soleados.
Decidimos
llamarnos Ágora
de los Habitantes de la Tierra
porque creemos que debemos pensar y actuar junt@s en calidad de
Habitantes de la Tierra, y no sólo como italianos o brasileños,
chinos o rusos, indios o nigerianos, para cambiar el porvenir de la
vida en la Tierra y sacarla de la condición crítica en que todos la
hemos reducido, después de más de un siglo de explotación
económica depredadora y devastadoras guerras.
Nos reunimos persiguiendo
diferentes objetivos prácticos, con el convencimiento de que la
pluralidad de caminos es la condición irrenunciable para permitir
que la Humanidad se convierta en un sujeto jurídico y
político-institucional público, clave para una vida pacífica y
justa entre todos los Habitantes de la Tierra, así como para
salvaguardar y cuidar a la comunidad global en la Tierra. Pensamos
que podíamos interpretar el sentir más profundo de todos los
grupos, asociaciones y movimientos que creen que la vida se volverá
prometedora en la medida en que podamos mutuamente reconocernos,
tener el deseo de convivir y cooperar por el bienestar de todos.
Han sido tres días hermosos y
apasionados de encuentros, ideas, debates, momentos musicales,
canciones y propuestas, con el convencimiento de que las
desigualdades entre las personas, las comunidades humanas y los
pueblos siguen siendo estructuralmente serias, inaceptables, a
excepción de una cierta mejora general en las condiciones de vida
de la población (crecimiento promedio de la esperanza de vida).
La
fuerza de la reunión
fue la convicción de que ni la desigualdad y sus dos consecuencias
principales, guerra y empobrecimiento/exclusión, por un lado, ni la
destrucción de la vida en la Tierra, por el otro, son fenómenos
«naturales» ni inevitables. Es posible revertir la ruta a condición
de tener la audacia para llevar a cabo los necesarios cambios
radicales. Creer que podemos “cambiar el presente” sin cambiar
los principios fundamentales tanto del sistema económico dominante,
–acaparador y depredador–, como del sistema político
guerrero –centrado en la soberanía de las oligarquías
nacionales–, es una mera ilusión. Los hechos confirman que la paz
nunca se alcanzó con guerras, como tampoco la vida y la economía
del planeta no se puede salvar salvando a los bancos con decenas de
trillones de euros extraídos de los bolsillos de los pobres.
Como
era nuestra intención, juntos hemos elaborado y aprobado la Carta
de los Habitantes de la Tierra por un Pacto de la Humanidad.
Ella demuestra que la audacia de los cambios es un acto de gran
sabiduría común humana y política. El porvenir de la vida, hoy en
alto riesgo existencial, será salvaguardado por el espíritu de
creatividad y comunión utópica, en la pluralidad de visiones y
entendimientos, así como en la responsabilidad colectiva y en la
fraternidad planetaria.
Es con este espíritu que
hemos dividido los resultados de Ágora en dos partes:
-
La
Carta de los Habitantes de la Tierra,
como expresión de la creatividad utópica basada en la pluralidad
vivencial,
-
Hacia
un Pacto de la Humanidad,
como articulación concreta de la responsabilidad colectiva ante el
Planeta Tierra, espacio común para todos sus Habitantes.
Palabras
liminares
EL
Ágora
se desarrolló en tres fases:
-
La preparatoria, durante la cual se formaron y trabajaron 13 grupos en Alemania, Argentina, Bélgica, Brasil, Chile, Francia, Italia, Quebec.
-
La de la realización del Ágora, que duró tres días, a partir de los momentos de celebración, posteriormente a la presentación y discusión de los informes elaborados por los 13 grupos de trabajo, más las contribuciones de los Municipios acerca del Documento de Identidad «Habitante de la Tierra» y otras contribuciones en sesiones paralelas o plenarias, incluyendo una especial dedicada al tema del agua.
-
La fase final, dedicada a la edición colectiva, en línea, de este documento.
Los
documentos citados a continuación
constituyen el «patrimonio escrito y audiovisual del Ágora». El
set está disponible en la pagina
web https://audacia-umanita.blogspot.com/:
-
El programa del Ágora
-
El vídeo - imágenes de POUR (B) con música de fondo (canción de Léon Cieco, En el país de la libertad)
-
El mensaje de Mijail Gorbachev a los participantes en el Ágora
-
Los informes de los 13 grupos de trabajo pre-Agorà (en su idioma original y, en muchos de ellos, también en otros idiomas de trabajo de Ágora)
-
El informe de la sesión plenaria de presentación de los 13 informes preparado por el presidente de la misma (en italiano, francés, español e inglés)
-
La notación acerca de la iniciativa CIM-Habitante de la Tierra (y una copia de las resoluciones de los Municipios que participan en la iniciativa pre-Ágora)
-
El CD que incluye las interpretaciones musicales de Maria Palatine. Copia de los textos leídos por Bernard Tirtiaux
-
La descripción de Jai Jagat 2020, por Stop Arms Trade, de las dos propuestas de «Democracia sin Fronteras» («Democracy without Borders»)
-
La copia de las fotos de la exposición de Chiara Sibona en «Hombros y manos» («Spalle e mani»), con relación al trabajo de las mujeres
-
El Llamado a las conciencias (Appel aux consciences) promovido por «Diálogos en Humanidad» («Dialogues en Humanité») al que se ha unido Ágora.
-
La Carta do Foro Mudanzas climáticas y justicia social (Brasilia 27-30 novembre 2018)
Nota
Bene:
El trabajo
en la Plenaria del Ágora se ha grabado en vídeo y está disponible
bajo petición, a cambio de una pequeña contribución económica.
-
La Carta de los Habitantes de la Tierra
Imaginarios, visiones y conciencias
-
La vida, la Tierra, los Habitantes
1. En calidad de sere humano,
toda persona es un «Habitante
de la Tierra». La
Tierra es nuestro «lugar de vida» (oikos),
nuestro hogar común. Ningún ser humano, ninguna organización
humana es su propietario.
2. El
hábito de permanecer/vivir
en uno, o más, lugares de la Tierra expresa que una de las
características principales de los Habitantes de la Tierra es haber
aprendido y continuar aprendiendo a permanecer/vivir
juntos, no sólo en
los lugares de proximidad cercana y directa («en mi casa»), sino
también en otros lugares distantes y abstractos de la comunidad
planetaria («la casa grande de todos los miles de millones de
personas desconocidas y diferentes que nunca conoceré»).
3. Especialmente en los
últimos dos siglos y medio, la Tierra se ha convertido en la casa
donde viven mujeres y hombres de todas partes, por largos o cortos
períodos de su existencia, dando lugar a «Comunidades
de Habitantes de la Tierra» pluriculturales, multilingües,
plurireligiosas, multiétnicas,
cuya vitalidad y belleza radican, justamente, en la pluralidad, en la
mezcla, en los entramados.
4. Los seres humanos habitan
la Tierra, sin embargo, no son ni los primeros, ni los únicos
Habitantes de la Tierra. Todos los seres vivos son parte de la vida
de la Tierra. La especie humana se encuentra entre las especies vivas
más recientes. Los humanos se estima que habitamos en ella desde
hace sólo 220 mil años. Hace poco tiempo se creía que sólo 25.000
años.
5.
Ninguna especie vivente puede ser excluida de su derecho natural a
habitar la Tierra, a vivir en buena condición ecológica y
existencial. Este es el verdadero significado histórico de las
luchas contra las acciones que son el origen de la extinción de
especies vivas (caso emblemático es el de las abejas).
Por
lo tanto, no existe un poder «natural» o «adquirido» que pueda,
legítimamente, prohibir que un ser humano o una comunidad pueda
habitar la tierra con dignidad e igualdad de derechos, de manera
responsable. Por esta razón, el acto de excluir, segregar, poner en
peligro a grupos humanos, categorías o comunidades ha de ser
sancionado como un acto criminal. En los últimos años, la
criminalidad, permitida por diversas disposiciones legislativas, así
como por medidas gubernamentales y administrativas, aumentó de
manera considerable, especialmente en el sector financiero, en el uso
de recursos naturales y ecosistemas, y lo hizo de forma evidente en
lo que respecta a las poblaciones migrantes.
6.
En la actualidad, el ser humano es doblemente expropiado de su
humanidad. Primero, en su calidad de ciudadano, porque el Estado (por
lo general, llamado «nacional») convirtió al ciudadano en su
propiedad exclusiva. Uno es un «ciudadano» sólo si un Estado le
agrega un atributo «nacional»: italiano, alemán, ruso,
estadounidense, etíope, chino. Sin este atributo, nadie es
considerado un verdadero ciudadano con derechos y deberes (veáse el
caso de «personas que viajan» y «migrantes» en busca de un nuevo
lugar para vivir). En segundo lugar, es expropiado como persona,
porque el sistema económico dominante considera que cada ser humano
es un «recurso» para la economía cuyo valor lo determina la
contribución que cada uno realiza en la creación de valor añadido
para el capital invertido o la renta. Un ser humano que no es un
ciudadano propiedad de un Estado y no es un recurso rentable en el
plano económico-financiero para el capital, reúne las condiciones
efectivas para ser o convertirse en un excluido. Liberar las vidas de
los seres humanos de las fauces de esta alimaña es uno de los pasos
más urgentes que hay que enfrentar en el camino de construcción de
la Humanidad.
7.
Para existir y vivir ni el ser humano ni las hormigas ni las
bacterias necesitan «reconocimiento» por parte de las otras
especies vivientes. Para vivir juntos, en realidad se necesita
definir relaciones y establecer reglas. La historia de la vida en la
Tierra es una investigación y concreción continua de formas
relacionales de coexistencia y convivencia cada vez menos violentas y
excluyentes, tal como lo demuestra la evolución del pensamiento y la
práctica jurídica en las sociedades humanas, que mudaron su visión
estrictamente antropocéntrica hacia otra, biocéntrica y holística,
que incluye la totalidad de los seres vivos (mundo genético vegetal,
animal, humano...). De ahí la importancia del desarrollo de los
derechos de los animales, de las plantas, de la «naturaleza» o el
reciente reconocimiento, en 2017, de la personalidad jurídica de
cinco ríos.
En su mensaje a los organizatores del Ágora Mikhail Gorbachev escribió “Me ha encantado conocer su iniciativa, sin precedentes, de convocar el Ágora de los Habitantes de la Tierra” (…)
En vez de buscar los modos para encontrar soluciones comunes a los problemas, rducir las tensiones y los contrastes sociales, los politicos, así como las élites económicas y los lobbies industriales militares agravan la crisis planetaria con acciones irresponsables (…)
Vuestra estimulante iniciativa podria constituir un paso favorable a la realización , de parte de todos los seres humanos, de su pertenencia a la comunidad global responsable del mantenimiento de la vida sobre la Tierra.
Contrastes,
desigualdades, luchas, búsqueda de identidad y seguridad
8. A
lo largo de casi cincuenta años, la rápida globalización de la
economía dominante (capitalista y financiera de mercado) y los
concomitantes cambios «revolucionarios» a nivel científico y
tecnológico, interrumpieron y distorsionaron los imaginarios del
mundo. Las nuevas referencias básicas impuestas por los grupos
sociales dominantes cambiaron la «manera de ver el mundo»: casi
todo se ha mercantilizado y privatizado. La moneda ya no es pública.
Los mercados financieros tienen el poder político real, del que
carecen los gobiernos y, más aún, los parlamentos. El futuro está
decidido por los «padrones de la información y las tecnologías
bio-genéticas. El mundo está en las redes, en la realidad virtual,
en las ciudades globales.
Todos
están en agitaciones informáticas y en «transición» ecológica,
luchando por la supervivencia y el poder. La violencia es cada vez
más generalizada, capilar y universal. Los más ricos predican la
innovación de la calidad local, las soluciones locales, la búsqueda
de la defensa de las identidades locales, tradicionales o nuevas,
«nacionales». Todo el mundo quiere cabalgar la cresta de la ola y
admirar la explosión de la riqueza de Qatar/Dubai o el poder de
China (nuevo competidor/enemigo de los Estados Unidos). Pero no están
tranquilos: tienen miedo al futuro, tratan de salvaguardar su
«hogar», la seguridad de su espacio, de su comunidad. Hay quienes
cierran las fronteras, levantan muros gigantescos, evitan que los
migrantes accedan a los puertos, claman a la primacía de los blancos
y juran sobre la verdad de sus dioses.
Sin
embargo,del otro lado, hay quienes siempre están en marcha por la
paz y la justicia, en todos los continentes. Hay mujeres,
especialmente indias, latinoamericanas, palestinas/israelíes, que
luchan contra todas las formas de violencia; millones de jóvenes,
menores de edad, protestan en contra de las armas; campesinos
asiáticos, africanos y latinoamericanos luchan por una radical
transformación de las relaciones con la Tierra. Millones de
ciudadanos en las calles señalan su oposición a la destrucción de
la vida en el Planeta y se vuelven en contra de la violencia ciega de
las depredadoras finanzas mundiales. Los «trabajadores pobres»
denuncian enérgicamente las nuevas formas de esclavitud a las que
están condenados. El Ágora de los Habitantes de la Tierra ha
elegido claramente su campo de acción: estamos con los del otro
lado.
9.
Cada día se difunde más el sentimiento de lo inaceptable, del
rechazo, de las formas más integrales de desigualdad que, además de
la desigualdad en el nivel de ingresos, dividen y destruyen a los
seres humanos y a la humanidad, en todos los aspectos; especialmente
en lo que respecta a la dignidad, los derechos, la responsabilidad,
la libertad, y la democracia. Esto también ocurre porque los humanos
se dieron cuenta de las nuevas especificidades de la condición
humana en el contexto de la evolución reciente de la vida y de su
papel fundamental en el desarrollo de la existencia.
Las
tres conciencias y las nuevas visiones “constituyentes”
10.
Superación del antropocentrismo. Desde hace sólo unos pocos siglos
y comenzando por Occidente, los seres humanos pensaron que no solo
constituyen una especie viva, distinta y diferente de todas las
demás, sino que también es una especie superior a la cual están
supeditadas todas las demás. De ahí surge la separación, la clara
oposición entre «el ser humano» (el hombre) y la «naturaleza».
Hoy día, la distinción entre la especie humana (la humanidad) y
otras especies vivientes permanece, pero hemos adquirido la
conciencia de se runa parte integral de la vida de la Tierra y su
progreso. Los seres humanos somos parte de la «naturaleza», somos
«naturaleza», compartimos con los animales una parte importante de
la herencia genética. Junto con otras especies vivas, conformamos la
comunidad global de la vida de la Tierra, somos «Habitantes de la
Tierra».
La
comunidad global de la vida de la Tierra es una concepción
innovadora a todos los niveles. Concretamente, en el nivel
organizativo de convivencia, nos lleva a entrar en una perspectiva
histórica de la institucionalización jurídico-política de la
«comunidad global de la vida». Cuando se habla de «proteger» o
«salvar» la vida en la tierra, se habla de la vida y los espacios
vitales de todos los Habitantes de la Tierra, de un nuevo mundo. Por
lo tanto, si la economía es el conjunto de «reglas del hogar»,
está claro que la actual economía mundial debe cambiar de raíz, ya
que no es más que un conjunto de reglas basadas en la desigualdad,
la injusticia, la competitividad, la guerra y la exclusión.
11.
La era del antropoceno. Es obvio para nosotros que, desde finales del
siglo XIX, la vida en el Planeta Tierra ha entrado en la era llamada
«antropoceno», en la que el porvenir de la vida está cada vez más
afectada por las actividades humanas. Hemos entendido, especialmente
después del uso de la bomba atómica y la falta de sustentabilidad
de nuestras formas de vida depredadoras, que la humanidad es la única
especie viva capaz de alterar y causar la destrucción de la
integridad de la tierra en su totalidad. Una evidencia que desafió
nuestras concepciones y prácticas colectivas de progreso,
desarrollo, bienestar, riqueza, economía dominante, guerra,
desigualdad y que, por estas razones, está causando rechazo y
oposición violenta al cambio por parte de los poderes e intereses
creados representados por unas restringidas oligarquías «locales»
globales.
12.
El imperativo de la seguridad y responsabilidad planetaria. Capaz de
alterar y provocar la destrucción de la vida de la Tierra, la
Humanidad también se ha vuelto consciente del hecho de ser la única
especie viva capaz de garantizar su conservación, el cuidado y la
perennidad y, por lo tanto, de asumir la tarea como sujeto principal
responsable a nivel planetario. Si en el pasado, sólo los poetas,
artistas, filósofos, visionarios (de todos los géneros) pudieron
hablar de la responsabilidad humana universal, de ética global y
planetaria, hoy día todos y cada uno de los Habitantes humanos de
la Tierra pueden y deben hacerlo. No sólo con la palabra, sino
especialmente actuando para construir la capacidad efectiva de la
Humanidad para construir otro porvenir en la vida, aquí en la
Tierra, en nombre de todos los Habitantes de la Tierra (es decir: de,
par y, con todos los Habitantes de la Tierra).
13.
Desde una perspectiva a largo plazo, todo lo anterior está
estrechamente relacionado con la educación, que no debe
identificarse, como sucede en la actualidad, con capacitación en
conocimientos y habilidades. Una educación, no solo de niños y
jóvenes, sino también de los adultos, en las materias de conciencia
y pensamiento crítico, que tienen como objetivo poner de manifiesto
(ex-ducere) la creatividad individual y colectiva en un espíritu
conducente a compartir, como nos enseña la filosofía de Ubuntu, y
No a la supremacía y la aristocracia (el poder de “los mejores”
con respecto a los valores de los dominados), como enseñan hoy las
«escuelas de negocios y gestión administrativa» («business and
management schools»). Una educación, por lo tanto, que no tiene
como espacio único de manifestación los edificios escolares, sino
que también se realiza en las calles, en el hogar, en las fábricas,
en los hospitales, en los bancos.
En
los grupos de trabajo preparatorio a l’Ágora , especialmente en
los primeros cuatro, como en el Ágora, el sistema educativo
predominante en el mundo fue criticado porque sigue siendo, a pesar
de los cambios, un instrumento de (re)producción y mantenimiento de
las desigualdades; porque legitima la guerra y la propiedad privada;
porque exalta la competencia y el éxito individual, principalmente
dándole valor a la utilidad de las cosas, muy a pesar de usar un
lenguaje aparentemente opuesto. Los Habitantes de la Tierra tienen el
deber de promover el derecho de «acceso» a una educación pública
y cada vez menos privatizada. La privatización de las Universidades,
en particular, es desastrosa para las nuevas generaciones, formadas
para creer que el conocimiento es, ante todo, un bien económico, una
mercancía. La infancia de esta humanidad en vías de formación no
debe estar destinada a ser una copia de los adultos de hoy, sino
convertirse en los nuevos habitantes de la Tierra, capaces de
cuidarla y protegerla.
B.
Hacia un Pacto de la Humanidad
Principios
fundadores y procesos constituyentes
En
Sezano vivimos en un ambiente de «asamblea constituyente». No fue
sólo una cuestión de «no rendirse» ante las devastaciones
presentes ni, por el contrario, caer en los brazos de “lo
políticamente correcto” que crea el desconcertante efecto del
«seamos positivos». Hemos trabajado con la intención de definir
los objetivos, los medios y los métodos de acción que sean
precisos, concretos, aunque no sean de fácil y rápida realización,
de naturaleza «constitutiva» o a largo plazo. En resumen, concebir
el diseño de laboratorio de lo que podría/debería convertirse en
«Un Pacto de la Humanidad», un nuevo contrato social mundial.
Para
nosotros, la apuesta fue: ¿de qué manera ayudar a configurar y
poner en marcha los procesos que pudiesen permitir a la Humanidad, en
el transcurso de los próximos años/décadas, convertirse en el
sujeto jurídico y político-institucional capaz, tal como vimos
anteriormente, de asumir la tarea de la preservación, el cuidado y
la continuidad de la vida, a escala planetaria, en nombre de, para y
contando con todos los Habitantes de la Tierra?
A
esa pregunta le respondimos dando un paso hacia la creación de «una
constituyente y permanente», El Ágora de los Habitantes de la
Tierra, un movimiento en formación, sin vallas ni muros, con
«tiendas de campaña» abiertas, metafóricas y reales,.
Hemos
articulado lo que surgió del trabajo de Agora en torno a cuatro
grupos de principios fundadores y caminos constituyentes (PPC):
PPC1-
Por un porvenir de la vida en la Tierra fundada en lo sagrado, en la
gratuidad hacia la vida y en la responsabilidad de la humanidad.
PPC2- Erradicar
los factores estructurales, generadores de la desigualdad, para los
cuales el empobrecimiento y la exclusión son los mayores robos que
se pueden hacer a la vida.
PPC3-
Reemplazar la lógica de la guerra por la lógica de la seguridad
colectiva y la distribución del poder entre todos los habitantes de
la Tierra.
PPC4- Primeras
herramientas operacionales al servicio de poner en marcha la
concepción y realización del Pacto de la Humanidad.
PPC
1. Para un porvenir de la vida en la Tierra basado en lo sagrado y la
gratuidad hacia la vida y en la responsabilidad de la humanidad
Fuerte,
presente y unánime fue la referencia a lo sagrado de la vida
frente a los procesos de la mercantilización de todo lo viviente,
que culminó en 2012, en la Tercera Cumbre Mundial de la Tierra
celebrada en Río de Janeiro, con el reconocimiento por las elites de
la «comunidad internacional” de la «monetización de la
naturaleza» («precios de la naturaleza», «banco de la naturaleza»
[«nature pricing», «nature banking»]). La vida tiene valor
en sí misma, por lo tanto, no puede ni debe medirse en términos
monetarios. El dominio actual del tener sobre el ser es inaceptable.
En su contexto, no hay lugar para ninguna espiritualidad integral
que reúna el cuerpo y el espíritu humanos, principio discutido
y proclamado en el curso del Ágora como la base inevitable para
la eliminación de las desigualdades de género.
Estas
últimas fueron objeto de intervenciones de gran valor social y
político, además de humano y moral. La brecha entre las palabras y
las realidades sigue siendo inaceptable. Es imprescindible liberarse
del sometimiento y la esclavitud al cuerpo utilizado por hombres y
mujeres como medio de lucha/dominación entre los sexos y dentro del
mismo sexo. Lejos de debilitarse, la mercantilización de las mujeres
tiende a acentuarse, tal como la violencia entre los géneros. Los
primatistas masculinos blancos son los principales actores que operan
en contra de la humanidad. Los indiferentes no son por menos. La
solución no está en la eliminación de los muchos obstáculos al
«acceso igualitario», sino que viene a través de un cambio
radical en la visión humana de las mujeres, visión que los hombres
impusieron a las mujeres y a si mismos. Se necesita actuar,
principalmente, no a favor de las «diferencias reales en la igualdad
de principios», sino «por la igualdad real, respetando las
diversidades de principios».
Estrictamente
vinculado a lo sagrado de la vida, que no debe confundirse con las
visiones religiosas de la vida, es el principio de la gratuidad
hacia la vida. En Sezano, se afirmó que esa gratuidad no
significa la ausencia de «costos» monetarios y no monetarios para
los bienes y servicios esenciales de la vida pública garantizados
para todos en forma de derechos. Significa que, en espera de las
necesarias transformaciones hacia la desmonetización y la
des-mercantilización, la comunidad se hará cargo de estos costos
mediante el pago de impuestos en el contexto del presupuesto público.
Los costos de los derechos hacen parte de la res publica y de la
responsabilidad colectiva.
El
trabajo del Ágora también se inspiró en otros dos principios, el
principio de Ubuntu y el principio del Buen vivir,
Ambos tienen un valor fundamental en una tendencia universalista.
Ubuntu define al ser humano y significa «Yo soy lo que nos
hicimos»
y afirma el
carácter natural e históricamente colectivo, relacional e
interdependiente del ser humano. El significado de Buen
vivir es más variado, según cada pueblo indígena andino y
amazonico. Se basa en una relación armoniosa entre el ser humano y
la naturaleza, en una comunidad mutualista, de responsabilidad
compartida, de producción colectiva y riqueza común, de inclusión
y de participación social.
En
línea con estos principios, apoyamos la urgencia de la
desmonetización y desmercantilización, para empezar, de los
bienes públicos comunes del mundo que son esenciales para la vida,
como el agua, las semillas y el conoscimiento. Dejar en
las manos del mercado, especialmente de los mercados financieros, el
poder de decidir sobre estos bienes fue uno de los errores colectivos
más graves de las últimas décadas.
En
esta perspectiva, se convierte en imperativa y perjudicial la
construcción de la Humanidad como un actor clave del porvenir de la
vida en nombre de todos los Habitantes de la Tierra, cuya
tarea - según el conjunto de los grupos de trabajo sobre «¿Qué
humanidad?», «¿En qué piensan los ciudadanos cuando hablan de
humanidad?», «¿Cuáles son las palabras clave para hablar de la
humanidad?» - es hacer que la convivencia pacífica y justa
sea el principio rector de la vida, reemplazando
el imperativo de la competitividad tecnoeconómica de todos contre
todos.
Con
este fin, en el espirito de la Carta Mundial de los Derechos de
Protección Social (Global Charter for Social Protection
Rights), adoptada en octubre de 2018 en Gent (Bélgica), proponemos
la creación de un sistema de justicia social global basado en
redes sociales de protección pública «locales» obligatorias,
interconectados a escala planetaria bajo la autoridad compartida del
Consejo de Seguridad Monetaria Mundial (ver PPC2).
Finalmente,
para completar este primer grupo de PPC, es preciso dar un gran paso
simbólico, de alto valor político y social, es decir: la
atribución por parte de los Municipios (Comunidades locales) del
Documento de Identidad Mundial «Habitante de la Tierra» a todos sus
habitantes (a pedido). El Ágora insistió fuertemente en el
hecho de que, antes de ser ciudadanos noruegos o peruanos, egipcios
o vietnamitas, húngaros o mexicanos, todos los seres humanos son
Habitantes de la Tierra con igual dignidad y responsabilidad frente a
ella. Frente a la expropiación y la fragmentación de la humanidad
de los seres humanos operados por la apropiación patrimonial de
nuestra persona por el Estado nacional y por el sistema económico
capitalista cada vez más tecnologizado, el concepto del Habitante de
la Tierra permite, hoy, re-inventar el hecho de la vida de la Tierra
sobre unas bases más amplias e integradoras.De ahí la idea
innovadora de un Documento de Identidad Mundial «Habitante de la
Tierra», sin valor jurídico vinculante, pero con un alto valor
simbólico, cultural y político.
Ya
hay 10 Municipios grandes y pequeños de Argentina (San Lorenzo),
Cataluña/España (Palau Saverdera), Italia (Fumane, Canegrate,
Nogarole Rocca, Sommacampagna, Riace, Octavo Ayuntamiento de Roma),
Portugal (Lisboa) y de Túnez (La Marsa), que se sumaron a la
iniciativa con resoluciones municipales.
Estuvieron presentes algunos representantes de los municipios
(Canegrate, Octavo Ayuntamiento de Roma).
Una
excelente noticia al respecto: el alcalde de Lisboa no solo dio la
adhesión de su ciudad a la iniciativa, sino que se declaró
dispuesto a dar la bienvenida a uno de los próximos eventos de Ágora
de los habitantes de la Tierra en su ciudad.
PPC
2. Erradicar los factores estructurales, generadores de la
desigualdad, para los cuales el empobrecimiento y la exclusión son
los mayores robos que se pueden hacer a la vida
El
segundo sector prioritario de acción se refiere a la desigualdad y,
en lo específico, a las tesis ampliamente difundidas en todo el
mundo, y a las prácticas sociales relacionadas con ellas, con
respecto a su «naturalidad» y, por lo tanto, en la supuesta
"inevitabilidad" de las mismas. La desigualdad es, ante
todo, un producto de las sociedades injustas. Por lo tanto, es
posible modificar y eliminar los factores estructurales. Uno de los
más importantes y determinantes de nuestros tiempos es el llamado
derecho de propiedad intelectual privada sobre la vida, legalizada en
los Estados Unidos en 1980. La patentabilidad privada de los seres
vivos debe abolirse, al igual que la patente privada de los
algoritmos y la inteligencia artificial en general. Ante la ausencia
de tal acerca de cuya Los participantes en el Ágora se han expresado
en varias ocasiones con convicción y firmeza sobre la
inispensabilidad de tal abolición. En su ausencia será imposible
luchar contra los procesos generadores de desigualdad en lo relativo
a los derechos sociales y a las injusticias. Es, también, evidente
que no se lograrán avances significativos en términos de
«desarrollo sustentable», ni en la lucha contra las causas del
calentamiento de la atmósfera terrestre si se mantiene el derecho a
la patentabilidad privada sobre los seres vivos.
Lógicamente,
junto con
la abolición de la patentabilidad privada del ser vivo y la
inteligencia artificial, el Ágora adoptó la propuesta
sobre la Creación del Consejo de Seguridad para los Bienes
Comunes Públicos del Mundo (comenzando por el agua, las
semillas, el conoscimiento). Este Consejo es de suma importancia. Las
24 COP («Conference of Parties») organizadas por la ONU cada año,
desde 1993, sobre el cambio climático, no ermitieron ningún
progreso sustancial si se observan los enormes recursos humanos y
financieros movilizados para este propósito por los «líderes
mundiales». ¿Por qué? Sobre todo, por el principio de la
soberanía nacional sobre los recursos naturales y el principio
anexo, es decir, la obligación de cada Estado de garantizar y
promover, ante todo, la seguridad nacional (en relación con la
energía, los alimentos, el agua, la minería...). Por lo tanto, no
existe un plan mundial, con gastos presupuestarios definidos y
aprobados por todos los Estados, con respecto a los compromisos que
deben respetar los Estados. Cada Estado es libre de establecer, en
plena soberanía, sus supuestos compromisos de contribuir a mantener
el aumento promedio de la temperatura de la Tierra por debajo de los
2 grados. Además, la abrumadora mayoría de los Estados abandonaron
su soberanía sobre los recursos naturales vendiendo la propiedad y/o
transfiriendo la administración y el control a las empresas
privadas, especialmente a las multinacionales que cotizan en la Bolsa
de valores, para las cuales el poder político real sobre los
recursos está, en definitiva, en manos de los mercados financieros
mundiales. En este contexto, es inevitable que «en nombre de la
seguridad nacional», los Estados priorizen al objetivo de la
competitividad de la economía nacional en los mercados mundiales. De
ahí las guerras habidas, no solo económicas, para el control de los
recursos y el abandono de todas las preocupaciones con respecto a la
seguridad colectiva de la vida en la Tierra.
Las
dos propuestas (la abolición de la patentabilidad de los seres vivos
y los algoritmos, y la creación del Consejo de Seguridad para los
bienes comunes públicos mundiales ) tienen posibilidades de
realizarse siempre que se modifique la lógica que inspira los
objetivos y el funcionamiento del sistema financiero en la economía
dominante.
Para
eso, se identificaron y se propuesieron las siguientes medidas
financieras:
-
Ilegalizar los paraísos fiscales (legalizadores de la evasión), los
productos derivados (sanguijuelas en la economía) y las
transacciones financieras de alta frecuencia (que operan fuera del
tiempo humano y social), y
-
Crear el Banco público mundial (reemplazando al Banco Mundial y al
FMI), bajo la autoridad y el control del Consejo de Seguridad
Monetaria Mundial, capaz de apoyar las necesidades financieras del
Pacto de Humanidad sin endeudarse de forma usurera.
Tendencialmente, el masivo endeudamiento público y privado actual
(desde los años 70) hacia casi todos los sujetos
acreedores/financiadores, en su mayoría privados, representa un
fenómeno anormal e ilegítimo de la economía existente y merece ser
corregido y eliminado de raiz.
-
El agua grita: ya basta con las armas, ya basta con los productos tóxicosApelación del 15 de diciembre de 2018. Ágora de los Habitantes de la Tierra.
Quién sabe cuántos miles de millones de seres humanos hubieran podido acceder al derecho universal de agua potable e higiene (y por lo tanto a la salud) si en los años 1975-2000 el mundo hubiera gastado unos diez y más trillones de dólares en agua (un trillón es un millón de billones). ¡Son mil millones los que los Estados Unidos han gastado en armas y guerras! Sin embargo, incluso hoy día, los Estados Unidos y los otros Estados belicistas, ladrones de la vida, gastaron (en 2017) más de un trillón y medio de $ ( un trillón es un million de millones) para «armarse y hacer la guerra»! Es innecesario añadir nada más. Los grupos sociales dominantes –que aparentemente aprueban de manera democrática un gasto militar sin sentido (China también lanzó, después de los EE. UU., la bomba no nuclear más poderosa jamás producida), que continúa dejando la libertad de producir y usan cientos de sustancias tóxicas particularmente dañinas (que contaminan2 las aguas del planeta y la sangre de las personas y destruyen la salud de la vida de la Tierra)–, son irresponsables, son unos mercaderes de la muerte, y merecen ser expulsados de los cargos de gobierno y poder y enjuiciados por «crímenes contra la humanidad y la vida de la tierra».
Ridículo, también, es el comportamiento de los adoradores de la «solución tecnológica» («technology fix») que, en lugar de curar las aguas devastadas y proteger las aguas del Planeta que aún no se destruyeron cualitativamente, piensan en hacer dinero, a costa de los sedientos, con la promesa de salvar las necesidades de agua de todos los Habitantes de la Tierra «merced» a la tecnología de transformación del aire en agua.
La Tierra se libera de su sed de agua, liberando el porvenir de la vida del poder de los productores y mercaderes de la guerra y de la arrogante ceguera del tecno-financieros de la salvación. De ellos no cabe más que más guerras y cada vez más sedientos que salvar. Corresponde a los Habitantes de la tierra organizar la convivencia de la Humanidad en miles de nuevas formas de vida, local y globalmente, de acuerdo con los principios y métodos discutidos, evaluados y aprobados por El Ágora de los Habitantes de la Tierra. El agua es vida. El poder de unos pocos sobre ella es una negación de la vida.
PPC3.
Reemplazar la lógica de la guerra por la lógica de la seguridad
colectiva y la distribución del poder entre todos los habitantes de
la Tierra
Reinventar
los bienes públicos comunes del mundo como base para una
responsabilidad y una política de la vida y la seguridad colectiva,
global; y, para ese fin, re-concebir a un sistema financiero al
servicio de la justicia social y la solidaridad global, son dos
procesos clave para la concepción e implementación, ya en marcha,
de un Pacto de Humanidad.
Un
tercer proceso clave está en la prohibición de la guerra.
El cuarto, es la promoción de formas democráticas de
gobierno de las comunidades humanas «sin fronteras», desde
el nivel local hasta el planetario.
A
eso, están dirigidas las propuestas que se expresaron ampliamente
bajo la carpa del Ágora, en particular con respecto al rechazo de la
guerra (con plena adhesión y compromiso de participar en el futuro
en Jai Iagat 2020, la Marcha Mundial por la Paz, organizada por el
movimiento indiano Ekta Parishd):
-
ratificar el tratado de interdicción de las armas nucleares,
aprobado por 122 países de la ONU en julio de 2017;
-
poner fin al comercio de las armas y restringir la legalidad de la
licencia de portar armas a situaciones excepcionales. Esto
incluye, entre otras medidas, la eliminación de las milicias de
«defensa» privada de las actividades mineras y de extracción
(véase el documento del Grupo de Trabajo 6)
Y,
en cuanto a las formas democráticas «sin fronteras»:
-
constitución de un Parlamento planetario, por
iniciativa del Parlamento europeo, el Parlatino (América Latina), el
Parlamento Panafricano, etc.) encargado en nombre y para
los derechos de todos los habitantes de la tierra, de
orientar las acciones comunes y urgentes para la rehabilitación de
la salud de la Tierra. Ese sería un paso importante hacia la
institucionalización de la Humanidad como tal, más allá de las
lógicas interestatales e intergubernamentales típicas del sistema
de la ONU;
-
concretización de distintas iniciativas de concientización,
experimentación e institucionalización en apoyo a la
multiplicación de las organizaciones democráticas mundiales «sin
fronteras» en todos los sectores de convivencia. Una
herramienta participativa que vaya en esa dirección podría ser una
Iniciativa Mundial de los Habitantes de la Tierra en el contexto, por
el momento, del sistema de las Naciones Unidas según el modelo de la
Iniciativa Ciudadana Europea3 (ICE) introducida por la Unión Europea
(ver el documento del Grupo de Trabajo 10,
https://www.worldcitizensinitiative.org
).
PPC
4. Primeras herramientas operativas al servicio de la puesta en
marcha de la concepción y la realización del Pacto de la Humanidad
En
todos los ejercicios de planificación e implementación de planes,
programas y objetivos, se necesita identificar a las fuerzas sociales
capaces de «dar paso» a las ideas. Las dos últimas propuestas
constituyen un intento de dar una respuesta concreta, aunque parcial
y limitada, a esa necesidad.
Se
da prioridad a los nuevos movimientos de movilización mundial, por
un lado, y a las instituciones municipales/comunidades locales, por
el otro:
-adhesión/alianza
y apoyo a las marchas mundiales existentes
(de las mujeres, la Jai Jagal 2020, de los migrantes...)
y la extensión de su modelo a otras categorías de habitantes de la
tierra (las madres, las y los maestros, jóvenes, niños,
etc.);
-establecimiento
del Día de los Habitantes de la Tierra (DHT) el 15 de
diciembre de cada año, con el apoyo de los Municipios/Comunidades
locales.
El
Día de los Habitantes de la Tierra tendrá, cada año, un objetivo
concreto específico a realizar en el marco de la ejecución del
Pacto de la Humanidad. El día en que se van a realizar los
principales objetivos del Día, el Día habrá completado su función
y eventualmente estará destinado a convertirse en otra iniciativa al
servicio del Pacto de la Humanidad.
Conclusión
El
futuro de la vida en la Tierra está todavía en las manos de sus
Habitantes.
Nosotros creemos firmemente que las propuestas presentadas son pertinentes, apropiadas y factibles. Todo va a depender de las luchas culturales y sociales que las acompañen. La historia humana está hecha por un sinfín de fracasos locales, sectoriales y temporales de muchas buenas propuestas. Sin embargo, lo que sigue siendo alentador es saber que la historia humana puede, tarde o temprano, concretar lo que, muchas personas e instituciones, a lo largo de los años, han considerado una utopía irrealizable. El hacerse de la vida es mucho más rico en creatividad de lo que la razón humana puede imaginarse.
Documento
preparado y aprobado por los participantes en el Ágora, tomando en
cuenta una propuesta inicial de Riccardo Petrella.
Estaremos
encantados de proporcionar otras información y explicaciones a
todas las personas y organizaciones interesadas en dar seguimiento
a las propuestas contenidas en la «Carta». En unas pocas
semanas, vamos a hechar adelante la campaña de adhesión. Nos
gustaría señalar que, por iniciativa de varios grupos y/o redes
que participan en Ágora, ya están planeadas o propuestas una
serie de Ágoras especiales (de las madres, calabrés-sicula
(Calabria y Sicilia), de la infancia, el glosario de la humanidad,
acerca del Consejo de Seguridad del Patrimonio Público Mundial,
Día de los Habitantes de la Tierra...). Muchas iniciativas en
perspectiva.
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