giovedì 28 febbraio 2019

LA CARTA DE LOS HABITANTES DE LA TIERRA HACIA UN PACTO DE LA HUMANIDAD



Informe final

Bruselas–Sezano, 15 de enero de 2019

Buenos días,

Unas 200 personas, mujeres y hombres de África, América Latina, Asia y Europa nos encontramos desde la tarde del 13 de diciembre hasta la tarde del 16 de diciembre de 2018 en Sezano (Verona), en el mítico Monasterio del Bien Común (Monastero del Bene Comune). El clima fue especialmente favorable porque nos regaló unos hermosos días soleados.

Decidimos llamarnos Ágora de los Habitantes de la Tierra porque creemos que debemos pensar y actuar junt@s en calidad de Habitantes de la Tierra, y no sólo como italianos o brasileños, chinos o rusos, indios o nigerianos, para cambiar el porvenir de la vida en la Tierra y sacarla de la condición crítica en que todos la hemos reducido, después de más de un siglo de explotación económica depredadora y devastadoras guerras.

Nos reunimos persiguiendo diferentes objetivos prácticos, con el convencimiento de que la pluralidad de caminos es la condición irrenunciable para permitir que la Humanidad se convierta en un sujeto jurídico y político-institucional público, clave para una vida pacífica y justa entre todos los Habitantes de la Tierra, así como para salvaguardar y cuidar a la comunidad global en la Tierra. Pensamos que podíamos interpretar el sentir más profundo de todos los grupos, asociaciones y movimientos que creen que la vida se volverá prometedora en la medida en que podamos mutuamente reconocernos, tener el deseo de convivir y cooperar por el bienestar de todos.

Han sido tres días hermosos y apasionados de encuentros, ideas, debates, momentos musicales, canciones y propuestas, con el convencimiento de que las desigualdades entre las personas, las comunidades humanas y los pueblos siguen siendo estructuralmente serias, inaceptables, a excepción de una cierta mejora general en las condiciones de vida de la población (crecimiento promedio de la esperanza de vida).

La fuerza de la reunión fue la convicción de que ni la desigualdad y sus dos consecuencias principales, guerra y empobrecimiento/exclusión, por un lado, ni la destrucción de la vida en la Tierra, por el otro, son fenómenos «naturales» ni inevitables. Es posible revertir la ruta a condición de tener la audacia para llevar a cabo los necesarios cambios radicales. Creer que podemos “cambiar el presente” sin cambiar los principios fundamentales tanto del sistema económico dominante, ­–acaparador y depredador–, como del sistema político guerrero –centrado en la soberanía de las oligarquías nacionales–, es una mera ilusión. Los hechos confirman que la paz nunca se alcanzó con guerras, como tampoco la vida y la economía del planeta no se puede salvar salvando a los bancos con decenas de trillones de euros extraídos de los bolsillos de los pobres.

Como era nuestra intención, juntos hemos elaborado y aprobado la Carta de los Habitantes de la Tierra por un Pacto de la Humanidad. Ella demuestra que la audacia de los cambios es un acto de gran sabiduría común humana y política. El porvenir de la vida, hoy en alto riesgo existencial, será salvaguardado por el espíritu de creatividad y comunión utópica, en la pluralidad de visiones y entendimientos, así como en la responsabilidad colectiva y en la fraternidad planetaria.

Es con este espíritu que hemos dividido los resultados de Ágora en dos partes:
- La Carta de los Habitantes de la Tierra, como expresión de la creatividad utópica basada en la pluralidad vivencial,
- Hacia un Pacto de la Humanidad, como articulación concreta de la responsabilidad colectiva ante el Planeta Tierra, espacio común para todos sus Habitantes.



Palabras liminares


EL Ágora se desarrolló en tres fases:
  • La preparatoria, durante la cual se formaron y trabajaron 13 grupos en Alemania, Argentina, Bélgica, Brasil, Chile, Francia, Italia, Quebec.
  • La de la realización del Ágora, que duró tres días, a partir de los momentos de celebración, posteriormente a la presentación y discusión de los informes elaborados por los 13 grupos de trabajo, más las contribuciones de los Municipios acerca del Documento de Identidad «Habitante de la Tierra» y otras contribuciones en sesiones paralelas o plenarias, incluyendo una especial dedicada al tema del agua.
  • La fase final, dedicada a la edición colectiva, en línea, de este documento.

Los documentos citados a continuación constituyen el «patrimonio escrito y audiovisual del Ágora». El set está disponible en la pagina web https://audacia-umanita.blogspot.com/:
  1. El programa del Ágora
  2. El vídeo - imágenes de POUR (B) con música de fondo (canción de Léon Cieco, En el país de la libertad)
  3. El mensaje de Mijail Gorbachev a los participantes en el Ágora
  4. Los informes de los 13 grupos de trabajo pre-Agorà (en su idioma original y, en muchos de ellos, también en otros idiomas de trabajo de Ágora)
  5. El informe de la sesión plenaria de presentación de los 13 informes preparado por el presidente de la misma (en italiano, francés, español e inglés)
  6. La notación acerca de la iniciativa CIM-Habitante de la Tierra (y una copia de las resoluciones de los Municipios que participan en la iniciativa pre-Ágora)
  7. El CD que incluye las interpretaciones musicales de Maria Palatine. Copia de los textos leídos por Bernard Tirtiaux
  8. La descripción de Jai Jagat 2020, por Stop Arms Trade, de las dos propuestas de «Democracia sin Fronteras» («Democracy without Borders»)
  9. La copia de las fotos de la exposición de Chiara Sibona en «Hombros y manos» («Spalle e mani»), con relación al trabajo de las mujeres
  10. El Llamado a las conciencias (Appel aux consciences) promovido por «Diálogos en Humanidad» («Dialogues en Humanité») al que se ha unido Ágora.
  11. La Carta do Foro Mudanzas climáticas y justicia social (Brasilia 27-30 novembre 2018)

Nota Bene: El trabajo en la Plenaria del Ágora se ha grabado en vídeo y está disponible bajo petición, a cambio de una pequeña contribución económica.


  1. La Carta de los Habitantes de la Tierra
Imaginarios, visiones y conciencias
  • La vida, la Tierra, los Habitantes



1. En calidad de sere humano, toda persona es un «Habitante de la Tierra». La Tierra es nuestro «lugar de vida» (oikos), nuestro hogar común. Ningún ser humano, ninguna organización humana es su propietario.

2. El hábito de permanecer/vivir en uno, o más, lugares de la Tierra expresa que una de las características principales de los Habitantes de la Tierra es haber aprendido y continuar aprendiendo a permanecer/vivir juntos, no sólo en los lugares de proximidad cercana y directa («en mi casa»), sino también en otros lugares distantes y abstractos de la comunidad planetaria («la casa grande de todos los miles de millones de personas desconocidas y diferentes que nunca conoceré»).

3. Especialmente en los últimos dos siglos y medio, la Tierra se ha convertido en la casa donde viven mujeres y hombres de todas partes, por largos o cortos períodos de su existencia, dando lugar a «Comunidades de Habitantes de la Tierra» pluriculturales, multilingües, plurireligiosas, multiétnicas, cuya vitalidad y belleza radican, justamente, en la pluralidad, en la mezcla, en los entramados.

4. Los seres humanos habitan la Tierra, sin embargo, no son ni los primeros, ni los únicos Habitantes de la Tierra. Todos los seres vivos son parte de la vida de la Tierra. La especie humana se encuentra entre las especies vivas más recientes. Los humanos se estima que habitamos en ella desde hace sólo 220 mil años. Hace poco tiempo se creía que sólo 25.000 años.

5. Ninguna especie vivente puede ser excluida de su derecho natural a habitar la Tierra, a vivir en buena condición ecológica y existencial. Este es el verdadero significado histórico de las luchas contra las acciones que son el origen de la extinción de especies vivas (caso emblemático es el de las abejas).
Por lo tanto, no existe un poder «natural» o «adquirido» que pueda, legítimamente, prohibir que un ser humano o una comunidad pueda habitar la tierra con dignidad e igualdad de derechos, de manera responsable. Por esta razón, el acto de excluir, segregar, poner en peligro a grupos humanos, categorías o comunidades ha de ser sancionado como un acto criminal. En los últimos años, la criminalidad, permitida por diversas disposiciones legislativas, así como por medidas gubernamentales y administrativas, aumentó de manera considerable, especialmente en el sector financiero, en el uso de recursos naturales y ecosistemas, y lo hizo de forma evidente en lo que respecta a las poblaciones migrantes.

6. En la actualidad, el ser humano es doblemente expropiado de su humanidad. Primero, en su calidad de ciudadano, porque el Estado (por lo general, llamado «nacional») convirtió al ciudadano en su propiedad exclusiva. Uno es un «ciudadano» sólo si un Estado le agrega un atributo «nacional»: italiano, alemán, ruso, estadounidense, etíope, chino. Sin este atributo, nadie es considerado un verdadero ciudadano con derechos y deberes (veáse el caso de «personas que viajan» y «migrantes» en busca de un nuevo lugar para vivir). En segundo lugar, es expropiado como persona, porque el sistema económico dominante considera que cada ser humano es un «recurso» para la economía cuyo valor lo determina la contribución que cada uno realiza en la creación de valor añadido para el capital invertido o la renta. Un ser humano que no es un ciudadano propiedad de un Estado y no es un recurso rentable en el plano económico-financiero para el capital, reúne las condiciones efectivas para ser o convertirse en un excluido. Liberar las vidas de los seres humanos de las fauces de esta alimaña es uno de los pasos más urgentes que hay que enfrentar en el camino de construcción de la Humanidad.

7. Para existir y vivir ni el ser humano ni las hormigas ni las bacterias necesitan «reconocimiento» por parte de las otras especies vivientes. Para vivir juntos, en realidad se necesita definir relaciones y establecer reglas. La historia de la vida en la Tierra es una investigación y concreción continua de formas relacionales de coexistencia y convivencia cada vez menos violentas y excluyentes, tal como lo demuestra la evolución del pensamiento y la práctica jurídica en las sociedades humanas, que mudaron su visión estrictamente antropocéntrica hacia otra, biocéntrica y holística, que incluye la totalidad de los seres vivos (mundo genético vegetal, animal, humano...). De ahí la importancia del desarrollo de los derechos de los animales, de las plantas, de la «naturaleza» o el reciente reconocimiento, en 2017, de la personalidad jurídica de cinco ríos.

En su mensaje a los organizatores del Ágora Mikhail Gorbachev escribió “Me ha encantado conocer su iniciativa, sin precedentes, de convocar el Ágora de los Habitantes de la Tierra” (…)

En vez de buscar los modos para encontrar soluciones comunes a los problemas, rducir las tensiones y los contrastes sociales, los politicos, así como las élites económicas y los lobbies industriales militares agravan la crisis planetaria con acciones irresponsables (…)
Vuestra estimulante iniciativa podria constituir un paso favorable a la realización , de parte de todos los seres humanos, de su pertenencia a la comunidad global responsable del mantenimiento de la vida sobre la Tierra.


Contrastes, desigualdades, luchas, búsqueda de identidad y seguridad

8. A lo largo de casi cincuenta años, la rápida globalización de la economía dominante (capitalista y financiera de mercado) y los concomitantes cambios «revolucionarios» a nivel científico y tecnológico, interrumpieron y distorsionaron los imaginarios del mundo. Las nuevas referencias básicas impuestas por los grupos sociales dominantes cambiaron la «manera de ver el mundo»: casi todo se ha mercantilizado y privatizado. La moneda ya no es pública. Los mercados financieros tienen el poder político real, del que carecen los gobiernos y, más aún, los parlamentos. El futuro está decidido por los «padrones de la información y las tecnologías bio-genéticas. El mundo está en las redes, en la realidad virtual, en las ciudades globales.

Todos están en agitaciones informáticas y en «transición» ecológica, luchando por la supervivencia y el poder. La violencia es cada vez más generalizada, capilar y universal. Los más ricos predican la innovación de la calidad local, las soluciones locales, la búsqueda de la defensa de las identidades locales, tradicionales o nuevas, «nacionales». Todo el mundo quiere cabalgar la cresta de la ola y admirar la explosión de la riqueza de Qatar/Dubai o el poder de China (nuevo competidor/enemigo de los Estados Unidos). Pero no están tranquilos: tienen miedo al futuro, tratan de salvaguardar su «hogar», la seguridad de su espacio, de su comunidad. Hay quienes cierran las fronteras, levantan muros gigantescos, evitan que los migrantes accedan a los puertos, claman a la primacía de los blancos y juran sobre la verdad de sus dioses.
Sin embargo,del otro lado, hay quienes siempre están en marcha por la paz y la justicia, en todos los continentes. Hay mujeres, especialmente indias, latinoamericanas, palestinas/israelíes, que luchan contra todas las formas de violencia; millones de jóvenes, menores de edad, protestan en contra de las armas; campesinos asiáticos, africanos y latinoamericanos luchan por una radical transformación de las relaciones con la Tierra. Millones de ciudadanos en las calles señalan su oposición a la destrucción de la vida en el Planeta y se vuelven en contra de la violencia ciega de las depredadoras finanzas mundiales. Los «trabajadores pobres» denuncian enérgicamente las nuevas formas de esclavitud a las que están condenados. El Ágora de los Habitantes de la Tierra ha elegido claramente su campo de acción: estamos con los del otro lado.

9. Cada día se difunde más el sentimiento de lo inaceptable, del rechazo, de las formas más integrales de desigualdad que, además de la desigualdad en el nivel de ingresos, dividen y destruyen a los seres humanos y a la humanidad, en todos los aspectos; especialmente en lo que respecta a la dignidad, los derechos, la responsabilidad, la libertad, y la democracia. Esto también ocurre porque los humanos se dieron cuenta de las nuevas especificidades de la condición humana en el contexto de la evolución reciente de la vida y de su papel fundamental en el desarrollo de la existencia.


Las tres conciencias y las nuevas visiones “constituyentes”

10. Superación del antropocentrismo. Desde hace sólo unos pocos siglos y comenzando por Occidente, los seres humanos pensaron que no solo constituyen una especie viva, distinta y diferente de todas las demás, sino que también es una especie superior a la cual están supeditadas todas las demás. De ahí surge la separación, la clara oposición entre «el ser humano» (el hombre) y la «naturaleza». Hoy día, la distinción entre la especie humana (la humanidad) y otras especies vivientes permanece, pero hemos adquirido la conciencia de se runa parte integral de la vida de la Tierra y su progreso. Los seres humanos somos parte de la «naturaleza», somos «naturaleza», compartimos con los animales una parte importante de la herencia genética. Junto con otras especies vivas, conformamos la comunidad global de la vida de la Tierra, somos «Habitantes de la Tierra».

La comunidad global de la vida de la Tierra es una concepción innovadora a todos los niveles. Concretamente, en el nivel organizativo de convivencia, nos lleva a entrar en una perspectiva histórica de la institucionalización jurídico-política de la «comunidad global de la vida». Cuando se habla de «proteger» o «salvar» la vida en la tierra, se habla de la vida y los espacios vitales de todos los Habitantes de la Tierra, de un nuevo mundo. Por lo tanto, si la economía es el conjunto de «reglas del hogar», está claro que la actual economía mundial debe cambiar de raíz, ya que no es más que un conjunto de reglas basadas en la desigualdad, la injusticia, la competitividad, la guerra y la exclusión.

11. La era del antropoceno. Es obvio para nosotros que, desde finales del siglo XIX, la vida en el Planeta Tierra ha entrado en la era llamada «antropoceno», en la que el porvenir de la vida está cada vez más afectada por las actividades humanas. Hemos entendido, especialmente después del uso de la bomba atómica y la falta de sustentabilidad de nuestras formas de vida depredadoras, que la humanidad es la única especie viva capaz de alterar y causar la destrucción de la integridad de la tierra en su totalidad. Una evidencia que desafió nuestras concepciones y prácticas colectivas de progreso, desarrollo, bienestar, riqueza, economía dominante, guerra, desigualdad y que, por estas razones, está causando rechazo y oposición violenta al cambio por parte de los poderes e intereses creados representados por unas restringidas oligarquías «locales» globales.

12. El imperativo de la seguridad y responsabilidad planetaria. Capaz de alterar y provocar la destrucción de la vida de la Tierra, la Humanidad también se ha vuelto consciente del hecho de ser la única especie viva capaz de garantizar su conservación, el cuidado y la perennidad y, por lo tanto, de asumir la tarea como sujeto principal responsable a nivel planetario. Si en el pasado, sólo los poetas, artistas, filósofos, visionarios (de todos los géneros) pudieron hablar de la responsabilidad humana universal, de ética global y planetaria, hoy día todos y cada uno de los Habitantes humanos de la Tierra pueden y deben hacerlo. No sólo con la palabra, sino especialmente actuando para construir la capacidad efectiva de la Humanidad para construir otro porvenir en la vida, aquí en la Tierra, en nombre de todos los Habitantes de la Tierra (es decir: de, par y, con todos los Habitantes de la Tierra).

13. Desde una perspectiva a largo plazo, todo lo anterior está estrechamente relacionado con la educación, que no debe identificarse, como sucede en la actualidad, con capacitación en conocimientos y habilidades. Una educación, no solo de niños y jóvenes, sino también de los adultos, en las materias de conciencia y pensamiento crítico, que tienen como objetivo poner de manifiesto (ex-ducere) la creatividad individual y colectiva en un espíritu conducente a compartir, como nos enseña la filosofía de Ubuntu, y No a la supremacía y la aristocracia (el poder de “los mejores” con respecto a los valores de los dominados), como enseñan hoy las «escuelas de negocios y gestión administrativa» («business and management schools»). Una educación, por lo tanto, que no tiene como espacio único de manifestación los edificios escolares, sino que también se realiza en las calles, en el hogar, en las fábricas, en los hospitales, en los bancos.

En los grupos de trabajo preparatorio a l’Ágora , especialmente en los primeros cuatro, como en el Ágora, el sistema educativo predominante en el mundo fue criticado porque sigue siendo, a pesar de los cambios, un instrumento de (re)producción y mantenimiento de las desigualdades; porque legitima la guerra y la propiedad privada; porque exalta la competencia y el éxito individual, principalmente dándole valor a la utilidad de las cosas, muy a pesar de usar un lenguaje aparentemente opuesto. Los Habitantes de la Tierra tienen el deber de promover el derecho de «acceso» a una educación pública y cada vez menos privatizada. La privatización de las Universidades, en particular, es desastrosa para las nuevas generaciones, formadas para creer que el conocimiento es, ante todo, un bien económico, una mercancía. La infancia de esta humanidad en vías de formación no debe estar destinada a ser una copia de los adultos de hoy, sino convertirse en los nuevos habitantes de la Tierra, capaces de cuidarla y protegerla.


B. Hacia un Pacto de la Humanidad

Principios fundadores y procesos constituyentes

En Sezano vivimos en un ambiente de «asamblea constituyente». No fue sólo una cuestión de «no rendirse» ante las devastaciones presentes ni, por el contrario, caer en los brazos de “lo políticamente correcto” que crea el desconcertante efecto del «seamos positivos». Hemos trabajado con la intención de definir los objetivos, los medios y los métodos de acción que sean precisos, concretos, aunque no sean de fácil y rápida realización, de naturaleza «constitutiva» o a largo plazo. En resumen, concebir el diseño de laboratorio de lo que podría/debería convertirse en «Un Pacto de la Humanidad», un nuevo contrato social mundial.

Para nosotros, la apuesta fue: ¿de qué manera ayudar a configurar y poner en marcha los procesos que pudiesen permitir a la Humanidad, en el transcurso de los próximos años/décadas, convertirse en el sujeto jurídico y político-institucional capaz, tal como vimos anteriormente, de asumir la tarea de la preservación, el cuidado y la continuidad de la vida, a escala planetaria, en nombre de, para y contando con todos los Habitantes de la Tierra?

A esa pregunta le respondimos dando un paso hacia la creación de «una constituyente y permanente», El Ágora de los Habitantes de la Tierra, un movimiento en formación, sin vallas ni muros, con «tiendas de campaña» abiertas, metafóricas y reales,.

Hemos articulado lo que surgió del trabajo de Agora en torno a cuatro grupos de principios fundadores y caminos constituyentes (PPC):

PPC1- Por un porvenir de la vida en la Tierra fundada en lo sagrado, en la gratuidad hacia la vida y en la responsabilidad de la humanidad.
PPC2- Erradicar los factores estructurales, generadores de la desigualdad, para los cuales el empobrecimiento y la exclusión son los mayores robos que se pueden hacer a la vida.
PPC3- Reemplazar la lógica de la guerra por la lógica de la seguridad colectiva y la distribución del poder entre todos los habitantes de la Tierra.
PPC4- Primeras herramientas operacionales al servicio de poner en marcha la concepción y realización del Pacto de la Humanidad.


PPC 1. Para un porvenir de la vida en la Tierra basado en lo sagrado y la gratuidad hacia la vida y en la responsabilidad de la humanidad

Fuerte, presente y unánime fue la referencia a lo sagrado de la vida frente a los procesos de la mercantilización de todo lo viviente, que culminó en 2012, en la Tercera Cumbre Mundial de la Tierra celebrada en Río de Janeiro, con el reconocimiento por las elites de la «comunidad internacional” de la «monetización de la naturaleza» («precios de la naturaleza», «banco de la naturaleza» [«nature pricing», «nature banking»]). La vida tiene valor en sí misma, por lo tanto, no puede ni debe medirse en términos monetarios. El dominio actual del tener sobre el ser es inaceptable. En su contexto, no hay lugar para ninguna espiritualidad integral que reúna el cuerpo y el espíritu humanos, principio discutido y proclamado en el curso del Ágora como la base inevitable para la eliminación de las desigualdades de género.

Estas últimas fueron objeto de intervenciones de gran valor social y político, además de humano y moral. La brecha entre las palabras y las realidades sigue siendo inaceptable. Es imprescindible liberarse del sometimiento y la esclavitud al cuerpo utilizado por hombres y mujeres como medio de lucha/dominación entre los sexos y dentro del mismo sexo. Lejos de debilitarse, la mercantilización de las mujeres tiende a acentuarse, tal como la violencia entre los géneros. Los primatistas masculinos blancos son los principales actores que operan en contra de la humanidad. Los indiferentes no son por menos. La solución no está en la eliminación de los muchos obstáculos al «acceso igualitario», sino que viene a través de un cambio radical en la visión humana de las mujeres, visión que los hombres impusieron a las mujeres y a si mismos. Se necesita actuar, principalmente, no a favor de las «diferencias reales en la igualdad de principios», sino «por la igualdad real, respetando las diversidades de principios».

Estrictamente vinculado a lo sagrado de la vida, que no debe confundirse con las visiones religiosas de la vida, es el principio de la gratuidad hacia la vida. En Sezano, se afirmó que esa gratuidad no significa la ausencia de «costos» monetarios y no monetarios para los bienes y servicios esenciales de la vida pública garantizados para todos en forma de derechos. Significa que, en espera de las necesarias transformaciones hacia la desmonetización y la des-mercantilización, la comunidad se hará cargo de estos costos mediante el pago de impuestos en el contexto del presupuesto público. Los costos de los derechos hacen parte de la res publica y de la responsabilidad colectiva.

El trabajo del Ágora también se inspiró en otros dos principios, el principio de Ubuntu y el principio del Buen vivir, Ambos tienen un valor fundamental en una tendencia universalista. Ubuntu define al ser humano y significa «Yo soy lo que nos hicimos» y afirma el carácter natural e históricamente colectivo, relacional e interdependiente del ser humano. El significado de Buen vivir es más variado, según cada pueblo indígena andino y amazonico. Se basa en una relación armoniosa entre el ser humano y la naturaleza, en una comunidad mutualista, de responsabilidad compartida, de producción colectiva y riqueza común, de inclusión y de participación social.

En línea con estos principios, apoyamos la urgencia de la desmonetización y desmercantilización, para empezar, de los bienes públicos comunes del mundo que son esenciales para la vida, como el agua, las semillas y el conoscimiento. Dejar en las manos del mercado, especialmente de los mercados financieros, el poder de decidir sobre estos bienes fue uno de los errores colectivos más graves de las últimas décadas.

En esta perspectiva, se convierte en imperativa y perjudicial la construcción de la Humanidad como un actor clave del porvenir de la vida en nombre de todos los Habitantes de la Tierra, cuya tarea - según el conjunto de los grupos de trabajo sobre «¿Qué humanidad?», «¿En qué piensan los ciudadanos cuando hablan de humanidad?», «¿Cuáles son las palabras clave para hablar de la humanidad?» - es hacer que la convivencia pacífica y justa sea el principio rector de la vida, reemplazando el imperativo de la competitividad tecnoeconómica de todos contre todos.

Con este fin, en el espirito de la Carta Mundial de los Derechos de Protección Social (Global Charter for Social Protection Rights), adoptada en octubre de 2018 en Gent (Bélgica), proponemos la creación de un sistema de justicia social global basado en redes sociales de protección pública «locales» obligatorias, interconectados a escala planetaria bajo la autoridad compartida del Consejo de Seguridad Monetaria Mundial (ver PPC2).

Finalmente, para completar este primer grupo de PPC, es preciso dar un gran paso simbólico, de alto valor político y social, es decir: la atribución por parte de los Municipios (Comunidades locales) del Documento de Identidad Mundial «Habitante de la Tierra» a todos sus habitantes (a pedido). El Ágora insistió fuertemente en el hecho de que, antes de ser ciudadanos noruegos o peruanos, egipcios o vietnamitas, húngaros o mexicanos, todos los seres humanos son Habitantes de la Tierra con igual dignidad y responsabilidad frente a ella. Frente a la expropiación y la fragmentación de la humanidad de los seres humanos operados por la apropiación patrimonial de nuestra persona por el Estado nacional y por el sistema económico capitalista cada vez más tecnologizado, el concepto del Habitante de la Tierra permite, hoy, re-inventar el hecho de la vida de la Tierra sobre unas bases más amplias e integradoras.De ahí la idea innovadora de un Documento de Identidad Mundial «Habitante de la Tierra», sin valor jurídico vinculante, pero con un alto valor simbólico, cultural y político.

Ya hay 10 Municipios grandes y pequeños de Argentina (San Lorenzo), Cataluña/España (Palau Saverdera), Italia (Fumane, Canegrate, Nogarole Rocca, Sommacampagna, Riace, Octavo Ayuntamiento de Roma), Portugal (Lisboa) y de Túnez (La Marsa), que se sumaron a la iniciativa con resoluciones municipales. Estuvieron presentes algunos representantes de los municipios (Canegrate, Octavo Ayuntamiento de Roma).

Una excelente noticia al respecto: el alcalde de Lisboa no solo dio la adhesión de su ciudad a la iniciativa, sino que se declaró dispuesto a dar la bienvenida a uno de los próximos eventos de Ágora de los habitantes de la Tierra en su ciudad.


PPC 2. Erradicar los factores estructurales, generadores de la desigualdad, para los cuales el empobrecimiento y la exclusión son los mayores robos que se pueden hacer a la vida

El segundo sector prioritario de acción se refiere a la desigualdad y, en lo específico, a las tesis ampliamente difundidas en todo el mundo, y a las prácticas sociales relacionadas con ellas, con respecto a su «naturalidad» y, por lo tanto, en la supuesta "inevitabilidad" de las mismas. La desigualdad es, ante todo, un producto de las sociedades injustas. Por lo tanto, es posible modificar y eliminar los factores estructurales. Uno de los más importantes y determinantes de nuestros tiempos es el llamado derecho de propiedad intelectual privada sobre la vida, legalizada en los Estados Unidos en 1980. La patentabilidad privada de los seres vivos debe abolirse, al igual que la patente privada de los algoritmos y la inteligencia artificial en general. Ante la ausencia de tal acerca de cuya Los participantes en el Ágora se han expresado en varias ocasiones con convicción y firmeza sobre la inispensabilidad de tal abolición. En su ausencia será imposible luchar contra los procesos generadores de desigualdad en lo relativo a los derechos sociales y a las injusticias. Es, también, evidente que no se lograrán avances significativos en términos de «desarrollo sustentable», ni en la lucha contra las causas del calentamiento de la atmósfera terrestre si se mantiene el derecho a la patentabilidad privada sobre los seres vivos.

Lógicamente, junto con la abolición de la patentabilidad privada del ser vivo y la inteligencia artificial, el Ágora adoptó la propuesta sobre la Creación del Consejo de Seguridad para los Bienes Comunes Públicos del Mundo (comenzando por el agua, las semillas, el conoscimiento). Este Consejo es de suma importancia. Las 24 COP («Conference of Parties») organizadas por la ONU cada año, desde 1993, sobre el cambio climático, no ermitieron ningún progreso sustancial si se observan los enormes recursos humanos y financieros movilizados para este propósito por los «líderes mundiales». ¿Por qué? Sobre todo, por el principio de la soberanía nacional sobre los recursos naturales y el principio anexo, es decir, la obligación de cada Estado de garantizar y promover, ante todo, la seguridad nacional (en relación con la energía, los alimentos, el agua, la minería...). Por lo tanto, no existe un plan mundial, con gastos presupuestarios definidos y aprobados por todos los Estados, con respecto a los compromisos que deben respetar los Estados. Cada Estado es libre de establecer, en plena soberanía, sus supuestos compromisos de contribuir a mantener el aumento promedio de la temperatura de la Tierra por debajo de los 2 grados. Además, la abrumadora mayoría de los Estados abandonaron su soberanía sobre los recursos naturales vendiendo la propiedad y/o transfiriendo la administración y el control a las empresas privadas, especialmente a las multinacionales que cotizan en la Bolsa de valores, para las cuales el poder político real sobre los recursos está, en definitiva, en manos de los mercados financieros mundiales. En este contexto, es inevitable que «en nombre de la seguridad nacional», los Estados priorizen al objetivo de la competitividad de la economía nacional en los mercados mundiales. De ahí las guerras habidas, no solo económicas, para el control de los recursos y el abandono de todas las preocupaciones con respecto a la seguridad colectiva de la vida en la Tierra.

Las dos propuestas (la abolición de la patentabilidad de los seres vivos y los algoritmos, y la creación del Consejo de Seguridad para los bienes comunes públicos mundiales ) tienen posibilidades de realizarse siempre que se modifique la lógica que inspira los objetivos y el funcionamiento del sistema financiero en la economía dominante.
Para eso, se identificaron y se propuesieron las siguientes medidas financieras:

- Ilegalizar los paraísos fiscales (legalizadores de la evasión), los productos derivados (sanguijuelas en la economía) y las transacciones financieras de alta frecuencia (que operan fuera del tiempo humano y social), y
- Crear el Banco público mundial (reemplazando al Banco Mundial y al FMI), bajo la autoridad y el control del Consejo de Seguridad Monetaria Mundial, capaz de apoyar las necesidades financieras del Pacto de Humanidad sin endeudarse de forma usurera. Tendencialmente, el masivo endeudamiento público y privado actual (desde los años 70) hacia casi todos los sujetos acreedores/financiadores, en su mayoría privados, representa un fenómeno anormal e ilegítimo de la economía existente y merece ser corregido y eliminado de raiz.


El agua grita: ya basta con las armas, ya basta con los productos tóxicos
Apelación del 15 de diciembre de 2018. Ágora de los Habitantes de la Tierra.

Quién sabe cuántos miles de millones de seres humanos hubieran podido acceder al derecho universal de agua potable e higiene (y por lo tanto a la salud) si en los años 1975-2000 el mundo hubiera gastado unos diez y más trillones de dólares en agua (un trillón es un millón de billones). ¡Son mil millones los que los Estados Unidos han gastado en armas y guerras! Sin embargo, incluso hoy día, los Estados Unidos y los otros Estados belicistas, ladrones de la vida, gastaron (en 2017) más de un trillón y medio de $ ( un trillón es un million de millones) para «armarse y hacer la guerra»! Es innecesario añadir nada más. Los grupos sociales dominantes –que aparentemente aprueban de manera democrática un gasto militar sin sentido (China también lanzó, después de los EE. UU., la bomba no nuclear más poderosa jamás producida), que continúa dejando la libertad de producir y usan cientos de sustancias tóxicas particularmente dañinas (que contaminan2 las aguas del planeta y la sangre de las personas y destruyen la salud de la vida de la Tierra)–, son irresponsables, son unos mercaderes de la muerte, y merecen ser expulsados ​​de los cargos de gobierno y poder y enjuiciados por «crímenes contra la humanidad y la vida de la tierra».

Ridículo, también, es el comportamiento de los adoradores de la «solución tecnológica» («technology fix») que, en lugar de curar las aguas devastadas y proteger las aguas del Planeta que aún no se destruyeron cualitativamente, piensan en hacer dinero, a costa de los sedientos, con la promesa de salvar las necesidades de agua de todos los Habitantes de la Tierra «merced» a la tecnología de transformación del aire en agua.

La Tierra se libera de su sed de agua, liberando el porvenir de la vida del poder de los productores y mercaderes de la guerra y de la arrogante ceguera del tecno-financieros de la salvación. De ellos no cabe más que más guerras y cada vez más sedientos que salvar. Corresponde a los Habitantes de la tierra organizar la convivencia de la Humanidad en miles de nuevas formas de vida, local y globalmente, de acuerdo con los principios y métodos discutidos, evaluados y aprobados por El Ágora de los Habitantes de la Tierra. El agua es vida. El poder de unos pocos sobre ella es una negación de la vida.


PPC3. Reemplazar la lógica de la guerra por la lógica de la seguridad colectiva y la distribución del poder entre todos los habitantes de la Tierra

Reinventar los bienes públicos comunes del mundo como base para una responsabilidad y una política de la vida y la seguridad colectiva, global; y, para ese fin, re-concebir a un sistema financiero al servicio de la justicia social y la solidaridad global, son dos procesos clave para la concepción e implementación, ya en marcha, de un Pacto de Humanidad.

Un tercer proceso clave está en la prohibición de la guerra. El cuarto, es la promoción de formas democráticas de gobierno de las comunidades humanas «sin fronteras», desde el nivel local hasta el planetario.

A eso, están dirigidas las propuestas que se expresaron ampliamente bajo la carpa del Ágora, en particular con respecto al rechazo de la guerra (con plena adhesión y compromiso de participar en el futuro en Jai Iagat 2020, la Marcha Mundial por la Paz, organizada por el movimiento indiano Ekta Parishd):

- ratificar el tratado de interdicción de las armas nucleares, aprobado por 122 países de la ONU en julio de 2017;

- poner fin al comercio de las armas y restringir la legalidad de la licencia de portar armas a situaciones excepcionales. Esto incluye, entre otras medidas, la eliminación de las milicias de «defensa» privada de las actividades mineras y de extracción (véase el documento del Grupo de Trabajo 6)

Y, en cuanto a las formas democráticas «sin fronteras»:

- constitución de un Parlamento planetario, por iniciativa del Parlamento europeo, el Parlatino (América Latina), el Parlamento Panafricano, etc.) encargado en nombre y para los derechos de todos los habitantes de la tierra, de orientar las acciones comunes y urgentes para la rehabilitación de la salud de la Tierra. Ese sería un paso importante hacia la institucionalización de la Humanidad como tal, más allá de las lógicas interestatales e intergubernamentales típicas del sistema de la ONU;

- concretización de distintas iniciativas de concientización, experimentación e institucionalización en apoyo a la multiplicación de las organizaciones democráticas mundiales «sin fronteras» en todos los sectores de convivencia. Una herramienta participativa que vaya en esa dirección podría ser una Iniciativa Mundial de los Habitantes de la Tierra en el contexto, por el momento, del sistema de las Naciones Unidas según el modelo de la Iniciativa Ciudadana Europea3 (ICE) introducida por la Unión Europea (ver el documento del Grupo de Trabajo 10, https://www.worldcitizensinitiative.org ).


PPC 4. Primeras herramientas operativas al servicio de la puesta en marcha de la concepción y la realización del Pacto de la Humanidad

En todos los ejercicios de planificación e implementación de planes, programas y objetivos, se necesita identificar a las fuerzas sociales capaces de «dar paso» a las ideas. Las dos últimas propuestas constituyen un intento de dar una respuesta concreta, aunque parcial y limitada, a esa necesidad.

Se da prioridad a los nuevos movimientos de movilización mundial, por un lado, y a las instituciones municipales/comunidades locales, por el otro:

-adhesión/alianza y apoyo a las marchas mundiales existentes (de las mujeres, la Jai Jagal 2020, de los migrantes...) y la extensión de su modelo a otras categorías de habitantes de la tierra (las madres, las y los maestros, jóvenes, niños, etc.);

-establecimiento del Día de los Habitantes de la Tierra (DHT) el 15 de diciembre de cada año, con el apoyo de los Municipios/Comunidades locales.

El Día de los Habitantes de la Tierra tendrá, cada año, un objetivo concreto específico a realizar en el marco de la ejecución del Pacto de la Humanidad. El día en que se van a realizar los principales objetivos del Día, el Día habrá completado su función y eventualmente estará destinado a convertirse en otra iniciativa al servicio del Pacto de la Humanidad.


Conclusión

El futuro de la vida en la Tierra está todavía en las manos de sus Habitantes.

Nosotros creemos firmemente que las propuestas presentadas son pertinentes, apropiadas y factibles. Todo va a depender de las luchas culturales y sociales que las acompañen. La historia humana está hecha por un sinfín de fracasos locales, sectoriales y temporales de muchas buenas propuestas. Sin embargo, lo que sigue siendo alentador es saber que la historia humana puede, tarde o temprano, concretar lo que, muchas personas e instituciones, a lo largo de los años, han considerado una utopía irrealizable. El hacerse de la vida es mucho más rico en creatividad de lo que la razón humana puede imaginarse.


Documento preparado y aprobado por los participantes en el Ágora, tomando en cuenta una propuesta inicial de Riccardo Petrella.

Estaremos encantados de proporcionar otras información y explicaciones a todas las personas y organizaciones interesadas en dar seguimiento a las propuestas contenidas en la «Carta». En unas pocas semanas, vamos a hechar adelante la campaña de adhesión. Nos gustaría señalar que, por iniciativa de varios grupos y/o redes que participan en Ágora, ya están planeadas o propuestas una serie de Ágoras especiales (de las madres, calabrés-sicula (Calabria y Sicilia), de la infancia, el glosario de la humanidad, acerca del Consejo de Seguridad del Patrimonio Público Mundial, Día de los Habitantes de la Tierra...). Muchas iniciativas en perspectiva.







Nessun commento:

Posta un commento